miércoles, 20 de mayo de 2020

Capítulo 9





David entra en la biblioteca. Alan mira una foto del joven David de niño.  El padre siente algo parecido a los celos. Alan se pone nervioso. Se da cuenta que a David le pasa algo y cree que porque mira sus fotos o porque entro en la habitación.
-lo siento yo..
David no lo deja seguir. Sonrie. Le muestra más fotos de su hijo. Aunque le duele el interés de ese chico por su hijo es una buena excusa para acercarse.
--Sabes, cuando mi hijo estaba en camino me gustaba mucho poner el oído en su barriga, hablar con mi hijo…
--¿y que pasó con su esposa?
Con dolor el hombre dice:
--se fue con otro hombre… mi hijo aún era muy pequeño…
--Lo siento mucho…
David le sonríe.
--tú no tuviste la culpa, sé que tú nunca engañarías a nadie… Eres demasiado puro.…
Alan sonríe:
--gracias por todo, gracias por todo lo que has hecho por mi.
David le guiña el ojo simpático. No dejan de sonreirse. Los dos se sienten felices, unidos por un extraño sentimiento que no logran entender. Les gustaría que el tiempo no pasara, poder congelar ese momento. Sentir siempre esa felicidad que sienten en ese momento.
--venga hoy no tengo trabajo y tú y yo no hemos tenido tiempo pero tenemos una deuda…
--¿así?
--No me dijiste que nunca habías estado en un zoológico y que querías ir? --–dice él muy sonriente.
El rostro del joven se le llena de ilusión.
--¡¡¿al zoo, me va a llevar al zoo?¡ --dice contento.
A David le llena de ternura la alegría de Alan. Lo acaricia con ternura y dice:
--si me sigues tratando de usted no… ¿o es que tan viejo te parezco?
--claro que no… eres muy joven… y guapo –--los dos se ruborizan—--no entiendo como no te casaste otra vez.
David lo mira con emoción. Piensa que si él tuviera la edad de su hijo le gustaría casarse con alan pero no dice nada.
--ya dejemos de hablar que se nos va a hacer tarde…
--¡¡sí, sí¡¡
Alan sube las escaleras corriendo y el hombre se lo queda mirando con ternura, con ilusión, con amor… ¿de padre?
--alan, alan ¿Qué me pasa contigo?
El adolescente se encierra en su cuarto, se mira al espejo muy ilusionado. Se acaricia el labio pensando en el beso que le dio cerca del labio. Suspira sin entender sus sentimientos.

Por su lado, Mariano está dando un largo paseo con los dos amigos. Hugo y Mariano no dejan de mirarse pero no se hablan. Miguel es el único que habla. Sabe que esta demás pero es que ninguno de los dos quiere que los deje solos. Están en un parque, no hay gente.
--si me disculpáis… --dice miguel que se quiere alejar.
Mariano mira asustado a Hugo.
--¿¿Dónde vas?¡ --pregunta Hugo.
Aunque es lo que desean, los dos jóvenes sienten miedo de estar solos.
--tengo que ir a ser pis… supongo que no vais a querer que lo haga aquí delante…
--no, no… Ni se te ocurra --dicen ambos.
Miguel se aleja, se esconde tras los árboles. Mariano y Hugo se quedan solos, el uno frente al otro. No se atreven a mirarse. A los ojos.  No se dicen nada. El rato se les hace eterno. Miguel sale subiéndose la cremallera. Mariano se relaja.
--¿Por qué has tardado tanto? --le riñe Hugo.
Miguel lo mira con resignación. Al oído le susurra:
--A ver si espavilas,   le gustas. ¡Ve al ataque¡
Hugo se pone nervioso, le asusta que el chico oiga el comentario de su amigo. Fuerza una sonrisa y dice:
--¿seguimos? --Hugo.
Miguel los deja por imposible y los tres siguen como si nada.

Alan pasa una bonita tarde en el zoo, abriendo los ojos como platos a cada paso. Haciendo caras a los animales, disfrutando lanzándoles comida. Está muy ilusionado. Disfruta como un niño más. Parecen un padre y un hijo. David se siente culpable por unos sentimientos que están creciendo dentro de él:
--Es un niño, es un niño--piensa.
Alan  lo abraza ilusionado:
--¡¡gracias, gracias¡¡¡¡eres el papá que nunca tuve¡¡¡ojalá tú fueras mi papá¡¡
David lo mira lloroso aunque trata de controlarse. Cada vez le cuesta más que el adolescente lo vea como un padre. Alan siente una emoción especial al tener el cuerpo de ese hombre cerca. Es un sentimiento muy agradable que nunca su novio le hizo sentir.

Luis llega a su casa tarde y de mal humor. Su esposa le reclama.
--¿¡se puede saber dónde has estado?¡
Luís se retira cansado a su habitación. Se empieza a sacar la ropa.
--¡¡te he hecho una pregunta¡¡¡¡me dejaste sola  porque tenías trabajo y nunca te pasaste por la empresa¡¡¡¡te he esperado toda la tarde¡¡
Luís se sienta en la cama, se saca los zapatos y ya tumbado los pantalones:
--Yo nunca te dije que fuera a trabajar en la empresa… he tenido un día duro… estoy cansado… quiero dormir --–le dice él metiéndose en la cama.
Elisa se sube a la cama y se acerca a él a gatas. Muy coqueta le dice:
--de dormir, nada… te he echado mucho de menos… Quiero que me hagas tuya como sólo tú sabes hacerlo…
Elisa lo besa pero él no responde.
--¡¡se puede saber que te pasa¡¡? --le dice ella.
--¡¡ya te dije que estoy cansado¡¡
--¿¿has bebido?¡
--¡¡sí y qué¡¡
--ahora te voy a preparar un té para que se te pase la borrachera…
--¡¡yo no estoy borracho¡¡
--¡¡pues hazme el amor¡¡
--hoy no… otro día…
--¡¡yo quiero que sea hoy… ahora vuelvo¡
Elisa vuelve al rato con el te pero Luis ya se ha dormido.
--¡¡maldita sea, maldita sea¡¡ --dice atormentada por los celos-- ¿¡donde estuvo toda la tarde y con quien?¡
Luis en realidad se está haciendo el dormido. No deja de pensar en Fabi y en los momentos que han compartido.

Alan  está ya en su cama. Está a punto de dormir. De repente entra el joven David.
--¿tú aquí?
--¡¡ESTA ES MI CASA¡¡
--si pero… creí que no querías saber de mi…
david lo mira con  cara de degenerado y dice:
--es para darte la bienvenida.
--gracias, ahora vete.
Los nervios del chico excitan a David. Le guiña el ojo y pícaro dice:
--tomalo como nuestra noche de bodas…
Alan lo mira con miedo mientras david  se acerca desnudándose.






No hay comentarios:

Publicar un comentario