miércoles, 20 de mayo de 2020

Capítulo 11



David padre acaricia con mucho ternura a Alan. No quiere aceptar que desea besarlo, que le nace hacerlo. Poco a poco acerca sus labios a los de Alan, y Alan no dice nada. En el fondo es lo que quiere. Pero en el último momento no hay tal beso ya que el hombre solo lo besa en la mejilla. Es un beso que a los dos les sabe a poco. Se miran con cierta tristeza y es la tristeza de no entender lo que les está pasando. David le acaricia con suma ternura:
--no me gusta que estés triste… venga, olvida las cosas que te duelen. Me gusta que sonrías.
Al lado de ese hombre que tanto quiere no puede estar triste. Le sonríe y David lo acaricia. Los dos se miran de una forma apasionada.
--tú eres muy bueno conmigo… a tu lado no puedo estar triste.
--Me alegro traerte un poco de alegría a tu vida.
--un poquito no, un mucho…
El hombre sonríe. Es una sonrisa seductora que a Alan le encanta y que le quema por dentro y que lo desconcierta. David se levanta de la cama y dice:
--venga, ponte bien guapo. …
El joven se ruboriza. David le sonríe y le dice:
--y bueno, no te va a costar porque tú siempre estás guapo.
Los dos se miran y suspiran.
--te dejo para que te vistas… después de desayunar pues veremos que hacemos hoy… quiero que te distraigas…
--me consientes demasiado… ¿no tienes que trabajar?
El guapo hombre sonríe seductor y dice:
--pues no… por algo soy el dueño…
El hombre deja la habitación. Se queda en la puerta con una sonrisa en el rostro.
--¿Qué me está pasando? ¿qué? –se pregunta sorprendido por la profundidad de sus sentimientos hacia el amigo íntimo de su hijo.
Alan se queda en la cama suspirando por el hombre.
--¿Qué es esto que siento? ¿es normal esto que siento por el padre de mi novio? Así se querrá a un padre?
Y es que el joven sabe que los sentimientos hacia el padre son superior a sus sentimientos por David hijo y a la vez muy parecidos y eso es algo que lo tiene totalmente desconcertado.

Por su lado, Luís está trabajando en su empresa. Se sorprende al recibir la visita de su esposa. Elisa entra sin llamar y no se la ve muy contenta.
--y esta sorpresa, mi amor ¿Qué haces aquí? –-dice el hombre levantándose y dando un beso en la mejilla a la mujer.
Enfadada Elisa le dice:
--¿a caso tengo que pedir permiso para visitar a mi marido? Te recuerdo que esta es mi empresa…
--bueno… sólo la mitad y yo soy el presidente –-dice forzando una sonrisa.
--¿¡que me estás queriendo decir?¡
--Nada, nada…
El hombre se gira y pone muy mala cara.
--¡no me gusta que estemos enfadados¡ --dice Elisa.
--a mi tampoco --dice él que sigue sin darle la cara pero que esta no se dé cuenta de que le molesta su presencia.
Elisa lo abraza por la espalda. Es evidente, aunque ella no lo ve, que a él no le hace ninguna gracia.
--es que anoche te dormiste enfadado… y hoy te fuiste sin que te viera… ¿Por qué te fuiste tan temprano?
--es que tengo mucho trabajo…
--¿y porque no me despertaste?
--es que dormías tan a gusto…
--sí pero no me hubiera importado… es que estamos tan poco tiempo juntos… pero eso tiene solución.
--si cual…? --dice el hombre poniendo cada vez más cara de fastidio.
--He decidido que voy a trabajar a tu lado… en esta empresa…
--¿¡como?¡
Luis se gira de repente.
--¿Qué tiene de malo?
Luis procura mostrarse tranquilo a pesar que la idea no le gusta nada:
--no malo no pero es que tú no sabes hacer nada…
--bueno, pues tú me enseñas… soy tan dueña como tú… algún puesto me podrás dar…
Elisa lo abraza:
--me gustará tanto que estemos siempre juntos…
Aprovechando que ella no lo ve él no puede evitar una mirada de rabia. De pronto, Elisa  ve unas flores sobre la mesa.
--¿y eso? -–pregunta celosa.
A Luís le viene en mente una cosa. Toma esas flores y dice lo más amoroso que puede:
--son para ti…
--¿para mi? -–dice la mujer llorando de la emoción.
Luís acaricia el rostro de su esposa:
--claro que sí… para la mujer más bella y la que más quiero.
Elisa no está acostumbrada a tanta ternura y no puede evita llorar.
--esto es para que me perdones por lo mal que me porté ayer… y para que me tengas paciencia… para que me esperes en la casa cada día y así yo tendré un motivo para querer volver…
Elisa está tan feliz que se le olvida todo y se va bien contenta con su rabia. Luís vuelve a su sitio, se siente relajado ya que su esposa se fue y no le ha vuelto insistir con lo del trabajo.

Mariano sale de su trabajo, Hugo se le acerca. El chico llevaba mucho tiempo esperándolo y no sabía cómo abordarlo. Sale tan de repente que Mariano se asusta y grita.
--¡¡¿eres tú? me asustaste¡¡
Los dos se quedan mirándose frente a frente. Hugo le quería decir muchas cosas pero no se atreve.
--¿querías algo? --pregunta Mariano..
Hugo lo besa en la boca y Mariano lo bofetea
--Perdón, fue un impulso… yo… --dice hugo con miedo.
Mariano no lo deja continuar ya que es el quien lo besa. Y los dos, contentos, se unen en un apasionado beso.



En la noche. El joven David vuelve a buscar a su ex. David padre lo ha visto entrar en el dormitorio del adolescente y llora pero sabe que no puede hacer nada. Alan quiere hablar con él pero David se desnuda y con sus besos lo calla. Hacen el amor. Luego Alan está feliz en los brazos de él, cada vez que quiere hablar con él, el chico lo besa y así logra que se quede dormido. David se viste en silencio y se va. Se va tranquilo sin que nadie lo retenga. Su padre lo ha visto salir pero no le dice nada. David padre no puede con la ira que siente. Se muere de celos.

Al día siguiente, Alan llora al ver que David lo volvió a dejar sola. David padre entra a consolarlo.
--¿Por qué tu hijo juega conmigo? ¿Por qué?
--¿y porque tú lo aceptaste de nuevo en su cama? --le reclama celoso.
Al adolescente le gusta estar con el hijo pero no sabe porque siente que es algo malo al estar frente al padre. Agacha la cabeza y dice:
--es mi novio.
David padre dice serio y celoso:
--sabes que no lo es. Si tu no quieres mi hijo no debe obligarte… ,no lo hagas si no quieres…
Alan mira a ese hombre muy confundido.

Días después…
Luís está con los 30 Boys en el aeropuerto. Los chicos están muy emocionados porque comienza su gira. Luis les asegura que va a ser muy exitosa. Los tres amigos están con ellos. Anas se despide de Miguel Ángel con un apasionado beso, Silvio y David se besan con pasión y también Hugo y Mariano. Miguel está solo y celoso.
--que lastima que se tengan que separar ahora que todos los iba bien --dice Miguel a la nueva pareja.
--te vendré a ver --le dice Mariano a Hugo.
Cuando ya están en el avión, Miguel dice a su amigo.
--no te esperará… se acostará con otro, por tonto otro se llevará su primera vez
--pero ese no serás tu --le dice Hugo poniendo el dedo en la llaga.

Elisa llega a la mansión de los Helmut con una carta para su hermano. David y Alan estaban a punto de salir. En esa carta, David se despide de su padre y no menciona a Alan. Aunque le sorprende que no les avisara con más tiempo, sonríe. Le tranquiliza saber que no volverá en las noches a buscar a Alan. Como no sabe como decirle eso al joven le pasa la carta al joven. Alan la lee aturdido.  Elisa los deja solos, Alan y David se miran, los dos ocultan la excitación que le provoca estar juntos y sabiendo a David lejos.
--¿Por qué me hizo esto? Se acostó conmigo… todos estos días y luego me deja sin decir nada…?
--¿y te duele? Tanto quieres a mi hijo…? -pregunta con celos.
Alan lo mira fijamente en silencio. Ahogándose en esos ojos. Sin saber que decir.  David padre lo quiere besar en los labios. No puede callar por más tiempo lo que siente por Alan y Alan se va corriendo. David golpea la pared con rabia. Alan entra en el cuarto muy sofocado:
--Me iba a besar, no es un padre, era un beso de hombre, él me ve con ojos de hombre, y yo también...
Se lleva las manos a la cabeza
--Dios ¿Qué clase de persona soy?¡¡no me puede gustar el padre de mi novio ¡¡¡no puede ser¡¡¡

Ha pasado casi un mes, Alan y David padre han seguido haciendo como si nada, luchando contra ese amor que está naciendo sin su permiso. David lleva de compras a Alan. Mira los videos juegos. Se le cae uno. Los dos se agachan a la vez y se deja llevar por la emoción y por lo que sienten. Unen sus labios, primero es un beso tímido, pero es el primer paso. Ninguno de los dos se opone y se funden en un apasionado beso de fuego.








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