miércoles, 20 de mayo de 2020

Capítulo 2




El joven David se retuerce de placer después de haber obtenido lo que quería. A su lado queda Alan triste, adolorido y lleno de vergüenza. Sollozando dice:
--¿me llevas a casa?
Muy brusco David le dice:
--después de un buen polvo a mi me gusta descansar… no seas fastidioso
Alan queda triste por las palabras de su amado, nunca se esperó que él se portara de una manera así. Llorando Alan le dice:
--pero es que yo me quiero ir
--¡¡pues vete y no me molestes¡¡
--¿Por qué me tratas así? --dice Alan con amargura.
--¿y tú? ¡¡Creí que me amabas y en cambio ahora te portas como si yo te hubiera obligado¡¡
--No es eso pero es que no fue lo que esperaba, yo soñaba mucho con mi primera vez, me dolió muchísimo. No fue bonito. Es normal?¡
--Yo nunca había estado con un virgencito pero dicen que así es siempre la primera vez. De hecho hay que ser muy maricon para dejar que te la metan. Yo nunca me dejaría. Debe ser muy doloroso pero supongo que se te pasara con la práctica --brusco.
--¿así? Yo esperaba que me gustara
Con reproche David le dice:
--¡pues si no te gustó seguro que es problema tuyo porque todos los hombres con las que he estado siempre han quedado muy contentos conmigo¡El problema es que eres un niño que ha querido jugar a ser hombre. Ahora asume las consecuencias de tus actos¡¡
--Yo creí que tú tampoco habías estado con nadie--dice Alan decepcionado.
--¡A mi edad?¡ Eres tonto ¡Yo nunca te dije eso pero si quieres otro día lo volvemos hacer y ya verás como te gusta¡¡
Alan se seca las lágrimas y dice:
--no, David. No habrá próxima vez, no me gustó, es feo y si en mi casa se enteran,...
--¿¡quien se va a enterar?¡ no tienes a nadie…¡ sólo la vieja de  tu madrina que no se entera de nada.
--¡¡no hace falta que seas grosero¡¡ --llora Alan
--¡¡y tú compórtate como un macho y no como una niña¡¡
Alan se levanta y empieza a vestirse, se da la vuelta ya que no le gusta estar desnudo delante de nadie.
--¿te podrías ir? ¿me quiero vestir?
--¡ya estoy harto de tus tonterías, has estado en mi cama, ya eres un hombre, no te puedes seguir comportando como un niño¡¡¡ya te la he visto, la tienes diminuta. Esperaba otra cosa. Ya deja de molestar¡¡
Alan se viste con vergüenza. Lloroso dice:
--me vas a llevar a casa?
--¡¡No y si te vas te olvidas de mi¡¡ --sentencia muy molesto.
Alan se da la vuelta y se acerca a David con desesperación:
--¡no me puedes hacer eso, has sido el primero, no me puedes dejar ahora¡¡
--¡¡pero es que yo no quiero un niño, si no un hombre , vete y vuelve cuando hayas madurado¡¡
Alan mira a su chico con los ojos bañados en lágrimas y se va muy triste. David queda en la cama, sonríe con cara de degenerado. El guapo joven se queda tumbado en la cama con los brazos como de almohada:
--y todo ha sido más fácil de lo que pensaba

En el bar del hotel, David padre ha estado bebiendo. La boda de su hermana le ha hecho pensar en el abandono de su esposa:
--hice desaparecer tu recuerdo, tus fotos pero no puedo olvidar tu traición… tu herida me ha marcado, me ha dejado seco… Por tu culpa nunca pude volver a confiar en una mujer, nunca ha habido otra aunque fuera sólo por sexo… Sólo me dejaste algo bueno, mi hijo. Si no fuera por él me habría consumido el dolor.
Quiere seguir bebiendo hasta olvidar la angustia pero sabe que esa no es la solución. Algo mareado sale del bar. En el vestíbulo se topa con alguien que bajaba las escaleras llorando. Es Alan.
--Perdón --dicen los dos al unísono.
Se miran a los ojos.
--¿tu?
--¿usted?
David no quiere que el novio de su hijo lo vea como un borracho y hace un esfuerzo para mantenerse bien.
--¿se siente bien?
--si, sí --dice con la voz algo temblorosa por la borrachera-- ¿y tú?
--si, también --dice muy triste.
David lo mira con cariño. Lo acaricia con una gran  ternura y a Alan le gusta porque nunca lo habían tratado así:
--¿has llorado? ¿pasó algo con mi hijo?
Alan cree que el hombre lo ha descubierto y dice nervioso:
--¿lo dice porque venía de las habitaciones? ¡¡No, no. No es lo que piensa¡¡
Su explicación lo delata, el hombre le sonríe con cariño y a Alan le da confianza. David prefiere no avergonzar al joven y hacer que no se da cuenta de lo que hacía en la habitación de un hotel con su novio:
--¿has discutido con mi hijo verdad?
Alan se quiere mantener sereno pero no puede evitar romper a llorar. David lo abraza. Ambos sienten una ternura especial al estar el uno en brazos del otro. David  consuela a Alan con cariño:
--es normal, todos los novios tienen sus peleas… ya verás como mi hijo se lo piensa mejor y mañana te pide disculpas.
--Ojalá fuera así --dice con la voz rota--me dejó, terminamos. 
Alan se aferra fuertemente al hombre como si fuera su salvador. David lo trata con mucha dulzura. Le rompe el corazón verlo tan triste. Siente un gran afán en protegerlo.
--deja que mañana yo hable con mi hijo y ya verás
Alan no lo deja seguir y en seguida dice:
--no, no… no quiero que se enoje más conmigo… Por favor… no se meta, además, yo no lo quiero obligar y si él no quiere estar conmigo, pues ni modo
Con mucho cariño y sin dejar de sonreír David le dice:
--como quieras, pero no llores. eres un muchacho muy lindo y no me gusta verte llorar.
La voz del hombre  llena de paz a Alan, casi sin darse cuenta sonríe:
--así me gusta --dice David contento.
David se saca un pañuelo del bolsillo, con mucho cariño él le seca las lágrimas. Es un momento de gran ternura para los dos. Se miran y sienten mucho cariño.
--me hubiera gustado tener un papá como usted.
David le sonríe, le acaricia la cabeza y dice:
--y tú vas a ser mi hijo, ya lo verás, mi hijo no puede ser tan tonto como para dejar escapar un niño tan lindo como tu.
Estar con Alan le ha hecho olvidar su angustia, su dolor. Y a Alan le pasa lo mismo.
--ven, que te llevo a tu casa…
--¿de verás? ¿no es una molestia?
--no, claro que no… No quiero que vayas solo.
Los dos salen juntos, se miran de una manera especial

Por otro lado, Luís está en el baño de la suite del hotel. Acaba de hablar con alguien por el móvil. Se mira al espejo.
--Venga, que no se diga que no eres hombre… Esto no tiene nada de particular… además Es un negocio y aunque no sientas nada por ella no sera tan terrible … no lo pienses…   no pienses en que es una mujer, no puede ser tan difícil.… No será tan terrible… tú piensa que es una aventura de la noche, un experimento. Algún día tenías que estar con una mujer. No puede ser tan repugnante como parece. Venga un polvo rápido y se queda tranquila.
Las palabras del sacerdote:
--hasta que la muerte los separe
Lo atormenta.
--sea lo que sea ya no hay marcha atrás…
No deja de pensar en Fabi.
--era tan distinto, mi primera vez, mi  mejor vez… Cuando era contigo era distinto…
Pone cara de resignación:
--bueno… llegó el momento.
Sabe que ya no puede atrasar el momento más. Elisa está en la cama con un sexy camisón impaciente.
--¡¡maldita sea¡¡lleva media hora encerrado con el móvil… mira que llamarlo precisamente ahora cuando iba a ser mío?¿y que hace? parece que ya no habla…
Luis iba a salir cuando le llaman al móvil, sonríe:
--salvado por la campana.
Elisa, que se levantaba para ver si oía algo, se vuelve a tumbar desesperada. Al rato finalmente sale el marido.
--por fin, por fin… --dice ella--—al fin vas a ser mío.
 Se saca la corbata y se desabrocha la camisa muy lentamente. Quiere tardar lo más que puede. Elisa ya no tiene espera, se levanta y se tira sobre el hombre con una pasión devoradora:
--espera… que me desnudo…
Elisa no tiene espera. Lo besa mientras le arranca la camisa y lo tira a la cama mientras le desabrocha los pantalones y él se deja hacer.
--¡¡que ganas tenía, que ganas tenía¡ --jadea ella.
Después que han hecho el amor, Elisa reposa la cabeza sobre el pecho del hombre. Está feliz.
--ha sido tan hermoso… hoy es el día más feliz de mi vida.
Luís se quiere mostrar amoroso y acaricia la cabeza de su esposa pero por dentro no hace más que pensar en Fabi.
--¿Qué habrá sido de ti?

Lejos de ahí, un hombre se levanta frustrado de la cama luego de hacer el amor con un hombre que está de espaldas y dormido. Se acerca a la ventana y con nostalgia dice:
--Luís, Luís…
Ese hombre es Fabian que piensa con tristeza en el primer hombre de su vida.




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